domingo, 20 de julio de 2008

Edad Media

Una declaración completa del pensamiento económico medieval puede encontrarse en los escritos de Santo Tomás de Aquino, que constituyen una estructura integral y consistente de pensamiento que busca la reconciliación de la Fe y el conocimiento racional, una síntesis de la Doctrina Cristiana tal como surgió después de mil años de Aristotelismo. En un sentido, se veía a la caridad como el principal camino hacia la solución del problema económico de la escasez durante la Edad Media, aunque fuera de manera imperfecta. El pensamiento económico medieval por tanto, estaba entrelazado invariablemente con consideraciones teológicas. Enseñaba lo que debía ser, y su carácter era normativo.
Además de sus funciones espirituales, la clerecía medieval preservó la luz del aprendizaje en la Edad del Oscurantismo, cuando ni siquiera los reyes dominaban el arte de leer y escribir. Las doctrinas económicas de la Iglesia se derivaban de la Biblia, de las enseñanzas de los Padres griegos y latinos y de Aristóteles
Entre los factores que afectaban la demanda de bienes, la austeridad y el ascetismo fueron confirmadas como virtudes por el pensamiento medieval, aunque de unos pocos elegidos. Los ricos estaban ligados al deber de practicar no solo la caridad, sino la liberalidad y la magnificencia igualmente, esto es, usar sus riquezas de una manera generosa y para el logro de algún propósito grande y noble. Desde el punto de vista económico, la construcción de las imponentes catedrales y edificios de gobierno, que en ocasiones llevó siglos construir, absorbió una porción substancial de los recursos disponibles y puede haber sido una función económica importante al producir empleo e inducir el gasto. Pero la caridad, practicada universalmente, se destaca como el método para superar el problema económico de acuerdo al pensamiento medieval.

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